Sobre mí. Separado (fin de ‘Última libreta negra’)

Lo más bello que puedo contemplar es a mí mismo.

Lo supe desde bien pequeño, mi mayor problema con el mundo sería la diferencia numérica. Y no sólo me refiero al plano general del individuo en sociedad, sino directamente con algunos otros individuos en contacto. En cualquier conflicto yo siempre me encontraría solo ante el enemigo. En cambio mis adversarios, más grandes y más numerosos que yo siempre me vencerían si no era capaz de hacerme más fuerte. Esta desventaja numérica me ha acompañado siempre y ha hecho de mí un sujeto bien diferenciado  no en el aspecto, pese a lo divertido y extravagante. Cuando me miro al espejo, agudizo la vista y más allá del orgullo y la vergüenza veo algo, veo en mí una expresión, un propósito, una volición sumergida, una fuerza de origen desconocido. Mi vista me revela una verdad que delata al ser, lo quita de en medio. Esta verdad que se aparece es esa fuerza: Una voluntad. Cuando comprendo esto me crezco, me sonrío en el espejo y me pregunto si lo único que importa es lo que se quiere, ¿qué es lo que quiero yo? Entonces me miro fijamente a los ojos y me respondo: Yo quiero.

Última libreta negra (2014)

Deja un comentario