Reflexiones morales

I
He estado pensando que todo hombre debe (o tal vez debe y no debe, supongamos que el bien común es el objeto del deber) tener un cierto sentido impositivo de lo justo, que guarda una referencia con un sistema de valores común al resto de la comunidad a la que pertenece. Sabemos que la ética, en tanto que paradigma moral aplicado, es en primera instancia de dependencia cultural. Su máximo exponente se hallaría en la civilización.

II
“La vergonya no és natural, es apresa. És absolutament cultural. Tan interioritzat que genera una resposta somàtica”  
«L’ensenyament per ser efectiu ha d’estar emocionalment motivat»     

Es tan férrea la necesidad de referencias del niño, que interiorizará y tomará como propias y universales las más cercanas a él en sus primera etapas de vida. De esta forma se genera una sensación de pertenencia que permite una mejor adaptación a la realidad, siempre dada por el grupo más cercano al individuo, normalmente la familia.           

III
Cuando las fronteras culturales son reducidas respecto al conjunto de la sociedad se produce una marginación. Sin alcanzar los límites generales de esta se chocan con los límites más particulares, pero no se adquiere más libertad ni se alcanza una rebeldía útil o con sentido. Es el caso de los gitanos u otras minorías.           

IV
El rol adoptado por un individuo hacia los otros depende de las circunstancias en las que se encuentra y parte de una base de aquello conocido, de unas referencias previas. Con ello se normalizan las relaciones sociales, ya que se forma un “sentido común” que permite predecir y confiar en otros individuos. A su vez, esto supone la aparición de prejuicios, que facilitan la acción social dentro de un marco de roles, según estos se clasifican los individuos y son valorados en función de un “canon”, en este caso lo que se considera bueno y malo de acuerdo con la apariencia, la conducta y las costumbres. 

V
Cuando uno trata de sustituir los prejuicios y las valoraciones irreflexivas por argumentos honestos y razonables se opina menos, pero con más opinión.         

VI
Más acción y menos reflexión. Como una imposición vital. Perdiendo profundidad, sumidos en lo superfluo. ¿Cómo? Los actos y situaciones de la vida cotidiana implican inmediatez y costumbre, la reflexión no aparece dado que no surgen problemas lo bastante concretos (tampoco abstractos) que requieran la atención suficiente, y cuando no es así infinidad de sistemas de entretenimiento se encargan de mantenernos fuera de nosotros mismos. Y así posponiendo la necesaria conversa con uno mismo, cuya demora tarde o temprano ha de causar dolor, al impedir que cicatricen las heridas y se desarrolle la personalidad libremente por encima de los miedos y la ignorancia, en lugar de tras sus barrotes.

En nuestra vida cotidiana no podemos escapar de las premisas convencionales fácilmente. Las actividades serán rituales, podremos hacer lo que se espera, lo correcto, etc. Lo extraordinario no subyace en el qué hacer, sino en el cómo y el para qué (¡indefectiblemente también con quién!).

VII
La vida es vencimiento. Siempre existe dependencia, acabar con esto es vencer la dependencia, vencer el fracaso; a veces se necesita depender de él al principio. ¿Qué significa depender del fracaso? Significa que es precisa una derrota para poder hallar el camino, construirse desde el fallo, partir del error habiendo aprendido. No hay que temer al fracaso, hay que atacarlo de frente. ¿Y la expectativa de fracaso como medio de vida? Vida reducida. Objeto de desprecio.    

VIII
Tan sólo los privilegiados pueden ausentarse de la realidad sin penalidades económicas. Cualquiera en esta disposición puede considerarse afortunado, aunque no haya garantía alguna de felicidad, sino todo lo contrario. Pero hay otra clase de estos privilegiados, y son los de tipo temporal, aquellos que viven en un limbo mientras claman a las puertas de la desgracia. Son aquellos que sin penurias económicas (o no demasiadas), pueden permitirse este mismo lujo, pero a cambio de desperdiciar las oportunidades a su paso, hasta que es demasiado tarde y pierden su estatus ficticio junto con su juventud.

En otra categoría están aquellos que se ausentan de la realidad precisamente por causa de penurias económicas, y es que el revés de la miseria es la abstracción de la misma, por unos medios o por otros. Drogas, delincuencia, marginación, etc, en un ciclo destructivo interminable.

 IX
Escapar a pensar, huir a la soledad, dejar de ser actor con tanto papel y tanto teatro, para ser reflexión. Para buscar, para ser (la verdad). Ser otra cosa. Si la verdad existe, se encuentra lejos de aquí.        

X
Las mayores fuerzas conservadoras de la sociedad son la burocracia y la costumbre. Recordando que “no hay gobierno bueno, sino gobierno adecuado”, la fuerza no legitima un gobierno, la fuerza de las costumbres ejerce una resistencia férrea a los cambios repentinos. Esto lo sabe el líder del partido único, y tras alcanzar el poder por medio de la fuerza, toda su atención se centrará en perpetuar su poder mediante la eliminación de amenazas y controlando resistencias al tiempo que trata de legitimar su régimen. Para ello, trata de encarnar el espíritu de la voluntad y de la nación. Necesita las costumbres de su lado, sabe que es el único modo de mantenerse, el tiempo hará el resto.        

XI
El hombre bajo reúne todo el peso de la tradición para echársela a la espalda. Es una mula de carga, como si lo que tuviera de mula se lo hubieran quitado de hombre. Expresión pareja a la bajeza moral, el hombre bajo es resentido y vanidoso. Una mente más cercana a la tierra, que siempre mira desde abajo. El bajo sólo es inocente si es niño, y no hay ángel falto de estatura.

XII
Sería injusto para con esta persona declarar que ha sido víctima, salvo de sí mismo. Mas sería un ataque afirmar que es el único responsable de su destino. ¿Qué podemos concluir? … Ser víctima de las circunstancias no ayuda. 

XIII
No se está comiendo demasiado cuando se engorda, se come demasiado cuando se engorda, se come demasiado cuando no se saborea la comida (tal vez no le importa nada al hambriento el sabor de la miel).      

XIV
Si se piensa bien, llenarse de objetos es vaciarse de ser. Todo el mundo sabe que un ser rebosante formula las preguntas que dan muerte sin respuesta.


XV
Un lenguaje que no haga diferencias, que no esté envenenado.            
Un apoyo, una persona o institución que no permita que nadie pierda su futuro. Que cada persona sepa que se espera algo de ella, porque es capaz (una persona define su identidad atendiendo a su grupo de referencia).      

XVI
Una vez alguien me dijo: “Si aquí decimos ‘no puedo’, qué dirán más allá”.       
Quiero creer. Creo, que yo puedo. De hecho, puedo tanto que algún día haré que los que no pueden hoy, puedan mañana. Es más, ese algún día es hoy, y no es más que el principio.

XVII
Ayer me levanté decidido a agarrar la vida. No sé bien qué hice, pensé que estaba recta, pero estaba torcida. Me di cuenta cuando se me vino todo encima – La noche viene de frente, y yo perdido, demente.        

XVIII
Referencias a la belleza: “Menos bello, más aburrido y vacío”.  
Lo bello ha sido impunemente deformado. A veces no puedo reconocer la propia belleza.

XIX
Un cuento pacifista.    
En pos de alcanzar un mundo libre de violencia, hay una serie de pasos que la sociedad debe dar para alterar la naturaleza del hombre en un nivel razonable, sin coaccionar demasiado su libertad.

El primer paso por todos conocido se lleva por el pacto social de los individuos que forman una población. Sin detenernos en una explicación, es sabido que de este principio necesario en Occidente terminará por nacer el Estado de derecho, que es el segundo paso. Con el imperio de la ley instaurado se acorrala a la violencia y se la institucionaliza. Aquí comienza la fase del monopolio de la violencia., opuesta a la dictadura de la violencia (¿?). Llegados a este punto, las armas deben reducirse progresivamente al tiempo que una educación eficiente, en su medida adoctrinadora, y en otra estimulante de creatividad y aptitudes, forjará la generación que conocerá el desarme definitivo. En última instancia las armas de fuego y armas blancas desaparecen de la vía pública y sólo los ejércitos conservan arsenales. El nuevo mundo sin violencia habrá tomado lo mejor de la globalización. Las sanciones económicas disuadirán a cualquier Estado de un conflicto, dada la interdependencia. Las diversas asociaciones de países se reducirán, fusionándose sus ejércitos y reduciendo sus efectivos.  Finalmente, una democracia global disolverá el último ejército y destruirá el arsenal mundial. El amanecer de un nuevo mundo, bajo la dictadura del pacifismo.           

Cabe considerar que en este mundo hipotético un acto de violencia podría ser un acto de rebeldía mucho más significativo de lo que es hoy. Por ello deberán ser prudentes los encargados de lidiar con estas prácticas.       

XX
Todo proceso está encadenado por un pasado común y siempre latente, una madre eterna. El verdadero universo, no lo que conocemos.       

Ahora bien, imagina lo siguiente, hace tiempo escuché que si fuéramos conscientes de que todos los procesos que suceden en nosotros sin que nos demos cuenta o intervengamos deliberadamente, entenderíamos la realidad como un proceso continuo de conexión simultánea: Tendríamos toda la información a cada instante. Si soy consciente, podría ser yo mismo el amanecer, las luces del Sol en el cielo. Todo está en uno, cada proceso hasta el origen eterno, somos un pedacito insignificante de eternidad. Puedo erguir mi cabeza, mirar a las estrellar y exclamar: ¡Soy el universo! [Soy uno con el todo]. ¿Encuentra usted aquí el emponzoñado ladrido de la prepotencia? Si es así está usted enfermo. Usted también es el universo, la diferencia es que se cree demasiado importante para verlo. Negaría ser el universo, pero no le sorprendería que el universo tuviera toda su atención puesta en usted.

(Gran libreta de viaje, 2015)

Deja un comentario