El mundo se hizo carne – Perry Anderson

El mundo se hizo carne, de Perry Anderson es una reseña del libro L’avènement du corps, del francés Hervé Juvin. En ella habla del devenir del sistema capitalista que se cierne sobre el cuerpo, al tiempo que se prolonga la esperanza de vida.

 

Brevemente, veamos los conceptos clave de esta reseña:
  • Esperanza de vida. Anderson nos describe el abismo entre la esperanza de vida de los países industrializados y los que no. Pero, ¿esto es así? De nuevo la mortalidad infantil nubla la realidad de la media de vida de los individuos que llegan a la adultez. Me atrevo a afirmar que la diferencia no es tal: Nunca los europeos doblaremos la esperanza de vida que hay en el Magreb. Una mortalidad infantil que, por fortuna, se reduce año tras año.
  • Cuerpo. El autor describe una decadencia anunciada: La apariencia física abandona lo natural y nos arrastra. Los medios del capitalismo se lanzan sobre el cuerpo humano. La economía del bienestar lleva adelante la primacía del cuerpo. A este respecto, pueden hacerse conexiones con la Psicopolítica de Byung-Chul Han.
  • Vida. Simple y llanamente: Alcanzamos más longevidad y perdemos interés en reproducirnos. Sáquense las conclusiones que se quieran. A todas luces la inmigración es una necesidad para Europa.
  • Educación. Las niños pasan más tiempo frente a una pantalla que con sus profesores, amigos o madres y padres. Podríamos preguntarnos si esto es realmente así. A mi juicio, la pregunta de interés es cuáles serán (son) las consecuencias de esto.
  • Capitalismo. Anderson nos describe un nuevo régimen, más individualizado que nunca. Un capitalismo reducido al cuerpo: La insoportable levedad del neoliberalismo (forgive me Milan).
Mientras esto sucede abiertamente, las agendas sociales de Occidente se tropiezan con el futuro inminente («sistemas de pensiones, regímenes de inmigración, derechos reproductivos, compromisos maritales»), mientras la inmediatez del presente ha sido poco menos que secuestrada, encerrada en cuerpos cada vez menos conscientes. ¿Estamos de acuerdo con Anderson?

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